ALGO
Teníamos algo,
algo incierto, dudoso
hermoso como las guindas
y el postre de castañas.
Urdimos aquello con nuestras manos
delante de la pantalla
detrás del pop corn
con los pies desnudos
al borde de una canción.
Teníamos tanto cielo
aire
labios
palabras y risas hechas de desechos.
Tanto sinsentido de sentidos despiertos
sueños en portapapeles
en cartones de cigarros
apagados
y encendidos
y en el fuego guardado
de una chimenea
que jamás tuvimos.
Teníamos algo extraño, dual, asesino,
una muerte publicada
en el pasquín de la mañana
firmada
con el cepillo de dientes.
Una especie de constitución
que cantaba blues
y hablaba un perfecto francés culinario
Era como un género novel
un cementerio indio
un nuevo virus que avanzaba en fractales
hasta el moho
de la costumbre de enfermarse
cristalizarse
enterrarse como las esquirlas
que perforaron el músculo de lo otro,
que tampoco nunca supimos
como llamarlo.
algo incierto, dudoso
hermoso como las guindas
y el postre de castañas.
Urdimos aquello con nuestras manos
delante de la pantalla
detrás del pop corn
con los pies desnudos
al borde de una canción.
Teníamos tanto cielo
aire
labios
palabras y risas hechas de desechos.
Tanto sinsentido de sentidos despiertos
sueños en portapapeles
en cartones de cigarros
apagados
y encendidos
y en el fuego guardado
de una chimenea
que jamás tuvimos.
Teníamos algo extraño, dual, asesino,
una muerte publicada
en el pasquín de la mañana
firmada
con el cepillo de dientes.
Una especie de constitución
que cantaba blues
y hablaba un perfecto francés culinario
Era como un género novel
un cementerio indio
un nuevo virus que avanzaba en fractales
hasta el moho
de la costumbre de enfermarse
cristalizarse
enterrarse como las esquirlas
que perforaron el músculo de lo otro,
que tampoco nunca supimos
como llamarlo.
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