sábado, 30 de agosto de 2014

Un tímido sol cubre todo con una danza amarilla

y no es tu voz la que martilla y se expande

no es la vara verde que sostiene una flor de plástico en aquella tienda cerrada

no es que sea la iglesia

ni el ángel vestido de oro

no es

 -lo repito-

no es.

Tan solo quería descuidadamente hablarme mientras camino

tocar con la punta de los dedos el hombro de esta ciudad vacía

decirle a un paraguas que es domingo

que ha dejado de llover.