martes, 30 de diciembre de 2014

Cómo decirle  que estoy gastada, exterminada de tanto
De qué manera  pido perdón a mi piel, a mi carne, 
por esta brevedad que estrecha?
Cómo explico a estos huesos que somos 1 
unidad/indivisible/irrenunciable/inaguantable 
y sin embargo...

La sombra es un ser aparte, su propio esqueleto, 
sin pulsione ni análisis
pertenece a la  oscuridad de cada letra que  conforma su nombre

Cómo cambiar  la pequeña matemática  

Que se han detenido los navíos
el silencio no existe
todo el cuadro  es un gran libro tortuoso, restas y 
                                                                       menos.
Fue corto el tiempo en milímetro en que lo amé, fueron ratos, intervalos, breves,  nada y una taza de café
.

Fue un pez 
                    se dejó ir.



Por qué esto…? 
 no sé escribir de amor, ni de ortografía ni un buen argumento 
mi tristeza cae triste como gotas invisibles fluvial, a las 10 de la mañana, a las 3 de la tarde
                   arqueada.  (en este gran libro matemático, enigma )
Supo-sabe de mis tigres, de mis leonas, de los zorzales que  regué para adornar los muebles de su casa.
 Usted sabe de todas las luces que necesitaba cuando salía a la ventana a mirar el mundo pasar, con autos, de la mano, con la bolsa del pan, con la urgencia metida hasta el fondo de los huesos, los la esperanza colgando de la ventanilla de la micro, lleno de rostros perfectamente olvidables, sucintos, amplios o estrechos y yo salía a la ventana.
 Sólo eso, un rayo de caridad, de calidad, de cantidad, de claridad, luz, aire limpio, una planta creciendo, brotando, una exhalación, una centella bastaba,
                                                                                               pero su bosque…era tan suyo, sus aguas...eran tan suyas, sus ojos eran eternamente suyos puestos ahí, allá, detrás, al otro lado, más allá, más allá… yo  tan pequeña de alta, de celosa, tan elemental y expuesta, tanto sauce... 

 En esta ausencia de lo suyo le digo: No tengo cuerpo ni voluntad, sólo un temblor constante en estas manos, que irán envejeciendo, como tronco vacío.