sábado, 13 de noviembre de 2010

DE ANDARES Y OTROS CIELOS

De mi casa
no queda más
que la fachada
los pilares
fueron tallos cansados
el tiempo
y la muerte
laten en el piso
el perfume del té
se sirve
a las siete de la tarde
junto al nombre
de la madre
que se oye
en la sombra del padre.

manos y mate
pasean la mañana
en esa
que era
una casa
respiran invierno
goteras
grietas
cocina
murallas

Tantos clavos
que nunca entraron
el adobe
que sujetaba el patio

del patio en los helechos
al calor de los ojos del gato
mirada triste
por la ventana
llenas
de amaneceres
y Agatha Christie con Póe
que brotaban abiertos

Regresar
sempiterno volver
al viejo vestón
Al tío erudito
alcohólico
a voces grave
a bigotes de barco.
al pan nuestro
a la mesa
a una silla
al olor a parafina
a un día de enero
a la vida embalada
a los ojos de estrellas,
sin saber
que todo
se iba ya
desvaneciendo

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