domingo, 7 de agosto de 2011

CUANDO VUELVES PARA NO VOLVER

Te esperaba, lo deseaba, me asustaba
sería la última vez, o lo será, tal vez, no lo sé.
Sabía que estarías allí esperando esta vez, tú

Tu chaqueta negra me reconocería, yo a ella
luego tu cara vendría caminando y tus ojos
que jamás se han ido, volverían a respirarte.

Te esperaba junto a mi tristeza de muerte.

Vendrías a nuestra isla invisible, deshabitada
con la partida, la duda, un faro brillando en tu cintura
arrancando a destiempo, siempre a destiempo,
otro pedazo de esta alma, que cada día adelgaza
como hilo de vida en los ojos de los moribundos

Pero yo, sabes? en mi último hálito, como la pertinaz
insistencia de la salvia, te esperaba, te espero.
aunque sólo sea, para escuchar ese silencio que aprendiste
que te adheriste a destiempo, siempre a destiempo y a la fuerza.
Para sentir
en tus largos ojos de tierra lejana el miedo que sienten
que tu boca revolucionaria me grite, te quiero.