jueves, 15 de septiembre de 2011

Qué sonaba extremadamente demencial en su cabeza? Estaba ahí, parada delante de ese hombre que segundos antes había deseado con premura a ciegas y sin embargo, en una porción de aire algo de pronto le había explotado en algún recóndito átomo, en alguna galaxia ignota que existía en alguno de los lobulos de su cerebro
No era él. No había sido él sin duda, ni la inflexión ni su pelo emarañado ni su boca tumultuosa ni siquiera, el tono de su voz lo que le había inquietado.
Fue la palabra groseramente desnuda, esa brisa de orden, proveniente de la boca extranjera de la cual casi no había tenido tiempo para acostumbrase a su calor era sin más el arco, del arco del arco iris muerto .Desafortunado verbo explícito y autoritario que de pronto se desnudaba en su narices imitando grotesco, sus ademanes sus ojos entornados.
El juego entre dos cuerpos que apenas recordaban sus nombres