ESPEJOS TRASVERSALES
Aquel pájaro esa tarde,
parecía un silbido temeroso
vigilante y ausente.
Se duplicaba sin saberlo tú, sin saberlo él,
en el cristal exacto,
de tu ojo derecho.
Puntual y acertado
continuaba el reflejo
en la perfección que yace,
en el limbo de tu esencia.
Esa tarde, tu ojo ,
que brillaba,
que estaba a mi lado,
que era pequeño,
que iluminaba tu rostro, creció
hasta clonar el universo.
Y él no sabía y tú,
no sabías, que en ese minuto,
todo lo contenías.
Sobre las alas de ese hechizo
a la vera del destiempo me quedé,
respirando bajito
sin cuerpo,
sin palabras,
sin moverme
para que ni el ave, ni tú
se volaran
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