domingo, 21 de agosto de 2011

CUADRO DE UNA NOCHE CUALQUIERA


Me dice la música del bar
de un barco
que zarpó,
que se va en silencio
mar adentro
sin adioses ni pañuelos
cuando la hora ya no marca
en ningún reloj.
Habla de guitarras roncas
madrugadas de noches
que no desean despertar.
Ese bar
exuda por las murallas
las notas de los vivos, de los muertos
de los que no saben si están.
La música es anciana de tango
heridas abiertas.
Llora a escondidas
lágrimas muertas
que yacen sobre las mesas