domingo, 15 de junio de 2014

Si pudiera tener entre mis dedos los ramos de tus rosas
la vida sería más soportable, comprensible, al menos caminable.
Podría invertir las baldosas y escribir sobre ellas cada paso,
mecanismos y engranajes,
cantos y voces que las cruzan.
Descargaría mis barcos pesados en el muelle,
volvería con bodegas vacías a remontar de nuevo,
liviana,
el inevitable retorno a mar abierto.