jueves, 28 de marzo de 2013

La tendencia de este Abril con ruido de nada,
     es caer estridente en la desesperanza.
Una vez más, o una vez menos,
     continuará la guitarra apoyada en la esquina,
     donde llegaba aquella luz
     que nunca supimos de donde venía,
     la huella del vaso en la madera
     y la caminata alienante de los  plazos.

Los sentía avanzar entre mis sueños,
     esos que dormían contigo,
     en aquel momento te abrazaba
     formando cadenas con tus manos,
     y elevaba una trinchera al tanto que musitaba conjuros
     mientras tu pensabas que hablaba con los muertos.
Abril es haber caído fracasados
     en la contemplación del otoño,
     derrota inconfesable,
     dolor espeso de café y primera lluvia a solas,
     lugar a destiempo donde las uvas
     no danzarán más sobre la cubierta del vino
     y esta tardía prisa
     estrena una escena
     de un encajado vestido amarillo.