viernes, 22 de marzo de 2013

¿Se pueden recortar los días?

¿Dejarlos de manera inconfesable,
delicada,
un tanto por casualidad impostergable
pegados en la ventana?

¿En el espejo del baño?

¿Dentro de los zapatos?

¿Hacerles un nudo para que no se evaporen?

¿Cómo se detiene la tarde?

¿El aroma?

¿La lluvia que cayó?

¿Lo que fuimos?