viernes, 10 de mayo de 2013

Casi es mío,
enriquece mi ventana,
el patio lejano de las dulces prisiones,
se cierne mar, cielo,
estrategia para guarecerme de la lluvia,
lenguas de sombra y tumbas.
Lo abro en el aire,
lo escarbo,
lo entierro entre mi piel y las uñas,
le escribo un cuadro apurado de palabras,
es mi tarde,
abierta, merecida,
no me disculpo por mi respirar egoísta,
entre todas, la he sembrado.