miércoles, 24 de marzo de 2010

I I


No sé si te pertenecieron algunas vez los años
si hubo algún destino que cumplir
alguna sed para beber
algún presagio
una voz humana

Ahora veo a los zorzales picoteando la tierra
tal vez te encuentren
y luego
-Se me ocurre- en su estricta quietud
Se pregunten lo mismo que yo
DANTE CUADRA


*** QUIÉN ERES DANTE CUADRA? ***

Primer libro del poeta Dante Cuadra
"Zurdo Puerta Afuera"

Un nuevo caso insólito en el escenario de la poesía


Prólogo de Jaime Valdivieso
(Fragmento)
Ya nada puede extrañarnos luego de que Arthur Rimbaud a los catorce años cambió la poesía de Europa, y de que el poeta como creador y la poesía como fenómeno estético es algo único y muchas veces inexplicable. Pero es igualmente inexplicable que un poeta completamente desconocido y pasado los cincuenta años, haya irrumpido como un caso sorprendente tanto para los primeros que leímos sus poemas, como para el propio autor que tampoco sabía nada antes de mostrar sus versos que, con mano maestra, acaparó la atención desde el primer momento de cuantos lo leímos o escuchamos.

Pero ¿quién es este Dante Cuadra, que se da el lujo de llamarse Dante? Nadie y todos como descubrió igualmente el poeta francés, nadie más que un luminoso desconocido alojado en él sin saberlo, y dice y ve cosas que la mayoría no ve y debe aceptar con igual sorpresa, y tal vez hasta se anticipe a dialogar con otros poetas dentro de cien años como el caso de nuestro Neruda a quien marcó el joven Rimbaud con sus versos de: “Solo con ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres”.

Leyendo estos poemas de Dante Cuadra no puedo dejar de recordar la reflexión de Nikos Kazantzakis en su libro fundamental, Carta al Greco, refiriéndose al arte y a su poder para volver lo efímero en algo permanente:

“El gran artista sabe mirar entre el flujo de la realidad diaria y registrar los símbolos eternos e imperecederos. Detrás de las actividades agitadas y frecuentemente inconsistentes de los hombres, distingue plenamente las grandes corrientes que pasan a llevar el alma humana. Toma los eventos y los reordena dentro de una atmósfera imperecedera. El gran artista considera la representación realista como una desfiguración y una caricatura de lo eterno”.

Nadie se sorprende hoy entonces de que la literatura y el arte sean un gran medio de conocimiento y testimonio histórico. Pero tratándose de la poesía hay un hecho adicional y no menos importante: el poema es un reflejo del alma que revela el pulso del espíritu de todo un país en un período determinado, un instrumento que podríamos llamar espiritómetro. Y esto último, aparte de su belleza y originalidad intrínsecas, lo que aparece desde los primeros poemas, junto con una inquietante ironía, en este libro titulado: Zurdo puertas afuera.



Quién más triste que yo


Quién más triste que yo

si no mírenme

mírenme el cuello

miren mi pelo

mírenme el país

y esta ceniza en la boca

triste y perpetua

como mancha antigua

en el cielo de la pieza


Quién más triste que yo

si no tú conmigo



Los caracoles no se detienen

Hace ya días

Siglos casi

Un torrente de caracoles callados

Trepa por los muros de mi casa

Y las flores

Azules

Se enredan en el aire

Caen y se apagan

Los gallos cantan de lejos

Adivinaciones y presagios

Cantan a toda hora

Con la impertinencia propia de los dioses

Indulgentes

Me levanto a la madrugada

Hace ya días

Siglos casi

Que todos los lugares son remotos

Me pregunto de qué color es el aroma

Del agua a punto de hervir

Y salgo a esperar otra noche

O alguna revolución ciega no consignada

En el reloj

Los caracoles no se detienen

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