viernes, 21 de octubre de 2011

Alguien toma mi mano, que digo, la jala.
Imaginé que era el aire, ahora que no tengo ventanas
También pensé, en el delirio recurrente de la cárcel
por desprender las murallas.
Dije me voy, porque necesito moverme
tu sabes, para no caer muerta,
ni perder la costumbre
terror valiente a la lápida prematura.
Por eso me dije me voy,
para comenzar por despedirme
considerando un sobre peso invisible.
Dije también, más de una vez, aquí me quedo
en este lugar informe
donde aprendí a nadar en el desierto
a temer al agua y los inviernos.
Por soberano amor al acuario
donde mis peces naufragan con sabor a mi
donde los otros vecinos
compran sus escamas en la misma farmacia
y se visten con el color de moda
que también sigo.
Me quedo o me voy, da lo mismo, siempre seré
más allá o más acá , la sirena o la ballena,
maleable alga o imbatible roca
mientras el mar del universo se agite a favor o en contra