domingo, 12 de mayo de 2013

Has viajado el tránsito rojo, azul,
circular de mis venas,
te he escuchado por las noches cuando sin remedio,
se oye el oído tubular de las arterias,
el oscuro pasadizo del océano que eleva la voz.
Llegas como llegan las cosas que nunca imaginamos,
como fluye la gente desde la boca del metro,
poderosa y subterránea manera de existir,
universal adyacente, descrita en libros,
desmenuzada en causa y efecto,
ay tú y tu compás desordenando la frente,
la mente
y el electrocardiograma.
Después de tanto tiempo has llegado,
desde tus anchas esperas
hasta el puerto temerario del corazón.