Solía pensar en mis dedos,
multiplicados por dos;
dar pasos de cuatro en cuatro;
que al toque fugaz del pensamiento
le nacieran raíces.
A menudo imaginaba cuadraturas, ensamblajes,
un idioma que traspasara la palabra,
en la concavidad saturada de una filosofía original.
multiplicados por dos;
dar pasos de cuatro en cuatro;
que al toque fugaz del pensamiento
le nacieran raíces.
A menudo imaginaba cuadraturas, ensamblajes,
un idioma que traspasara la palabra,
en la concavidad saturada de una filosofía original.
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