jueves, 18 de abril de 2013

De azul,
visito ayeres sin masa ni médula,
sin cerebros,
volátiles
como el proceso químico
que sustenta la fe entre las manos.

Hay de recuerdos blancos, álgidos,
empinados cual estéril torre,
esbozos de semi luna, semi niebla,
calles, sueños, sin comulgatorios
donde no existe lugar  para dejar caer un grito,
un nombre,
una molécula de aire
que alimente alguna manada de gusanos
devoradora de fantasmas.

Cuando no se encuentra nada,
posiblemente
es porque nunca lo hubo.

No es raro en mí,
a menudo engendro conceptos,
empujones de estrellas,
verdades exquisitas, plenas.
recorro lugares donde desearía encontrarme.

Invento días como hoy con atuendos azules
que abrazan lo que queda de mi,
mientras el resto,
me asfixia contra el mundo.