domingo, 23 de mayo de 2010

VUELO 557 PUERTA 8


Bebimos de la misma copa, luego, nos alimentamos de silencio mientras buscamos inútilmente, una respuesta que nunca hemos logrado encontrar.
Cada día le escribo en mi mente, pienso que eso basta, pero no es así por que no tiene idea que lo hago, a pesar de ello, no haré nada por revertir esta situación.

Todo está intacto en mi memoria. Recuerdo bien el olor que dejaba en la almohada y entre la fiebre de la mañana sabía, que estaba donde debía estar. Puedo visualizarlo con su delantal blanco, siempre levantándose antes que yo, por que siempre he sido perezosa y aún continúo siéndolo Su sonrisa se quedó, la tengo guardada en una cajita de cristal, con tapa de plata, con dos rosas fundidas custodiando su contenido. Cuando la suelto, se derrama en la ruta Quilmes a la Plata , me acompaña mientras miro por la ventana del vagón, donde siempre termino encontrando sus ojos reflejados en el vidrio, y ahí me quedo, quieta, entre la risa y la mirada, mientras Buenos Aires se acerca y se aleja con pasos desnudos por mi habitación.
Sus cuentos, los guardo uno a uno, en el dobles de mis sábanas, no siempre los abro, cuando lo hago, presto atención en las posibles fugas de sus traviesos personajes, y sólo dejo que los chicos se desplacen por el tejado de los vecinos y los vuelvo a su lugar una vez que rompen el letrero luminoso, qué es la parte qué más me divierte.
Por el espejo de la noche siento mi risa muriendo sobre la suya, todo nos provocaba gracia y erotismo En su sonido, rescato sus manos inquiriendo la cima mi vientre en las madrugadas, mientras afuera, la lluvia estrellaba la ventana.

Volveré, luego, muy luego le dije, lo besé muchas veces en el nocturno trayecto al aeropuerto. Pórtate bien hijo de pu, no alcancé a terminar, de una maniobra estaba en la berma, sin temor a perder el vuelo.
Entré por esa puerta de vidrio sin darle importancia a su carácter, cancelé el permiso, no quise mirar atrás. Era un vuelo a casa, cómo quien toma un bus , va y vuelve.
Ajusté el cinturón de seguridad mientras, imaginaba un próximo lunes atestado de trabajo, corriendo por la avenida nueve de Julio, mirando de reojo el obelisco conteniendo carcajadas, por el chiste que nos producía imaginarle un monumento a la virilidad.
Por la ventanilla, pasó la cordillera a mis pies, la aridez de la pampa, las nubes. Todo me pareció absurdo. Cerré los ojos y me dormí.



Cuando desperté, bajaba la escalerilla del avión en una cuidad que me pareció distinta. Era de mañana y el sol, lastimaba los ojos.

Nunca tuve certezas de lo que viví en una tierra que jamás me fue extraña y vivía perdida. Igual, cómo he vivido siempre. Cómo lo sigo haciendo.

viernes, 14 de mayo de 2010

ABALORIOS SECRETOS DEL ROCK Y EL CAFE


Luego de subir y bajar escalas casi todo el día entrar preguntar y salir de infinidad de tiendas, frente a un humeante cortado una nueva opción se presentó ante mis ojos. Después de convivir casi dos décadas bajo el mismo techo, la idea de invitarle un café no resultaba muy idónea. Probablemente a ella tampoco le haría mucha ilusión, pero no estaba del todo mal si tomaba en cuenta mi escuálido poder adquisitivo sumado al cansancio que ya sentía a esa altura del día.
Además, como terapia de auto resignación, y o justificación, recordé que cada vez que tiene oportunidad, mi madre, solapadamente deja deslizar un sutil reproche hacia mi falta de tiempo para con ella, ahora, me dije casi con egoísta satisfacción, no podrá quejarse por un buen tiempo.
Disfruté con calma el caliente brebaje que iba devolviendo de a poco las energías gastadas mientras daba una tregua a mis pasos. Entre sorbo y sorbo comencé a pensar en ella, repasé cómo con los años, habían ido cambiando sus ademanes y modos a la par con mi percepción.
Ella traga saliva repetidamente para atorar lágrimas , pocas veces ha llorado en mi presencia pero sé, que ha tragado en silencio detrás de la puerta. Creo que la conozco bastante, concluí. También pestañea rápido cuando la emoción le gana, y cuando su mirada se pierde más aún, en un punto invisible muy lejano, estoy segura que piensa en mi hermano. Imagino que ella, me conoce aún más.
De su juventud conserva el pelo largo, el gusto por el rock y un recorte antiguo de Plant que según ella, se parece a mí y a mi padre. Un gringo roquero que conoció durante unas vacaciones en Maitencillo. Se enamoraron perdidamente, él se quedó en Chile hasta que su visa se lo permitió, luego tuvo que marchar. Se escribieron durante un tiempo hasta que al parecer, por motivos de estudios él se trasladó a Boston, desde entonces ella no volvió a saber de él.
Su figura delgada y su desgarbo sesentero pasado de moda, comenzó a inquietarme de mala manera cuando cumplí catorce años, A los diecisiete, aprendí de ella a teñir géneros que terminaban en blusas o pantalones. Por esa época , también descubrí que manejaba un lenguaje mudamente locuaz para con el mundo, y percibí que era capaz de leer en sus ojos muchas cosas, menos una.

Le debía sin duda, un poco de tiempo consiente, se lo había entregado, pero el mundo sin palabras, es también un universo de aire.

Para entonces en mi taza quedaban dos sorbos, éstos me dije, nunca más los volveré a beber.

Toda mi vida había estado cerca de ella mucho más, de lo que imaginaba, pero nunca le había dedicado tiempo, justificando ausencias en mil tareas por hacer. Desinterés no era, ella me importaba, y mucho, la quería de la única manera que había aprendido hacerlo. Esa tarde comprendí, que tras una puerta había una mujer que estaba esperando entrar y al otro lado, otra, esperaba salir.

Días después de aquella velada con mi madre, que no fue un café, caminando a casa luego del trabajo, pensé en los tiempos que pasan por el reloj y bajo la piel, en los plazos que aunque no queramos, se cumplen, las etapas que conforman nuestra existencia, finalmente en el destino, que no estoy segura si está escrito o lo vamos creando, recordé a mi hermano sin su madre, a mi madre sin su hijo, mis días sin hermano. Lo que resta del todo con ella.

Me sentí, como hacía mucho no me sentía. En paz con mis actos y feliz portadora de una lucidez inédita

miércoles, 5 de mayo de 2010

FUSION


Detenida en el vidrio
tiembla
intenta contenerse
resbala dibujando un hilo
se detiene y tiembla
se adhiere a los labios
en un beso otoñal