martes, 29 de diciembre de 2009

VERDADES Y CUENTOS



No escuches
     Hay quienes nacen cayendo
No pares
     Podrán levantarse
No mires
     Volverán a resbalar

lunes, 21 de diciembre de 2009

VUELO RETRASADO


Una llamada, avanzo hacia tu encuentro unas horas después de haberte despedido en la mañana , te ibas lejos muy lejos. Espero sentada en un escaño Te veo venir entre al multitud. Mi corazón no puede reaccionar al milagro. Te han retenido a mi lado unas horas más. Los dioses nos aman, nos han regalado una noche más.
Te veo escribir mientras yo intentaba leer páginas saltadas de un libro. Sentado, a unos metros, desde la cama te observo . La habitación en silencio
sólo la luz tenue del escritorio y la que proviene de la mesa de noche alumbra el lugar.
Juntos una vez más, como deberíamos estar al final del día, cuando la jornada termina. Detrás de los ventanales, las luces de la cuidad se extienden sobre un fondo negro. Revisas correos, pasas nota a tu columna que debe aparecer en unos días, de vez en cuando me preguntas cómo estoy. Sonrío, bien, estoy muy bien. Te recuestas a mi lado, nos divierte encontrarnos así. No quiero preguntar, saber del futuro, no quiero pactos. Tengo certezas pero esta noche, vuela con alas propias.

Beso tu espalda, nos miramos a los ojos en silencio. Me cubres con tu cuerpo, estremezco, siento tu piel suave, tibia, respiras en mi, tus labios rozan los míos, tu lengua abre mi boca, ahogo palabras que intentan en vano, una especie de conjuro que logre retenerte por siempre. Esta noche juré no pensar. Mis manos recorren tu íntima geografía, alcanzan lomas fuertes, redescubren quebradas húmedas donde se pierden hasta encontrarte, me embriaga tu aroma a hombre, a paz, a guerra eterna, a constante hechizo. Aspiro profundo.
Nos miramos, gritan las pupilas, tus piernas se deslizan abriendo las mías por debajo de las sábanas, despacio. Te hundes, cierro los ojos sólo para volver abrirlos. Tus manos buscan mis manos, se cruzan, se mantienen férreas. Hola, te digo despacio, cómo siempre, mientras te miro a los ojos. Hola amor, me contestas sin despegar la vista. Te siento en mis entrañas. Mi boca recorre ahora, la suave selva de tu pelo, se pierde, llega hasta tu oído. Te amo, musito entre cortado. Mírame me pides.
El amor urgente habla por tu cuerpo trasformado, por el mío, abandonado. Aquí, tú y yo ofrendándonos quizás, por última vez.
No te olvidaré jamás me dices, volveré...Shutt,no digas más, te pido despacito.
Duele tanto amar para recordar. Te irás en cuanto amanezca, tal como llegaste a mí.
No pienses me dices, adivinando en mis ojos contradicciones que afixian. No permitas que lo haga contesto, mientras paseo el índice por tu boca, no dejes ese espacio.
Tu boca busca la mía , mis manos aprietan tu espalda, arremetes en mi historia traspasándola, borrando en cada embestida tatuajes de mi cuerpo, paisajes añejos. Mis caderas se sueltan, bailan tu música, la espalda se curva , siento que me elevas y vas conmigo. El fuego de tu boca en mi cuello quema, como quema tu sexo, como quema todo tu cuerpo, muerdo mis labios, cae el pelo en cascada hacia atrás, lo suspendes firme. Ahí quedo.
La tormenta lleva las olas a estrellarse contra el roquerío una y otra vez con vehemencia. Tus brazos me contienen, tus piernas aprisionan las mías, mi cabeza va hacia atrás y vuelve, la boca entreabierta. Soy tu esclava rijosa, la impúdica que convulsiona entre sábanas revueltas, entre olores y sabores indecibles.
Ámame me pides, la garganta se distiende. No es posible hacerlo más.
Te amo en esta hora robada, con lujuria, con premura, en este presente nuestro, inviable. Mis labios alcanzan tu cuello, entonces susurro deseos, quejidos, incoherencias, palabras obscenas, te amo y te detesto, hazme tuya nuevamente, déjame sufrirte, siénteme, búscame. Tu cuerpo rígido se hunde en mi búsqueda, cede, vuelve a crecer, te oigo en mi oído, apuras, gimes, muerdes mi hombro, tu cabeza renuncia en mi cuello , siento un beso. Te abrazo fuerte.

La luz se filtra por la ventana, abajo el Mapocho pasa camino al mar, El cielo se abre. Duermes la última noche entre mis brazos. En unas horas partirás. Beso tu frente . No existirá jamás un poema que pueda describir la belleza de tenerte.

domingo, 20 de diciembre de 2009

PARA UNA AMIGA


Los semáforos reflejados en pozas de agua intensifican los colores que rebotan sobre los adoquines .
La música desborda de una guitarra. Como aquella vez que te conté. Todo parece igual pero jamás lo será.
Estás tú, la amiga, la suerte de alquimista que sustenta confesiones como cura de pueblo y bastan tus palabras para reírnos de la vida. Bebemos de la misma pócima inerte y lúdica. De tanto flotar en pompas de jabón nos hemos vuelto transparentes, dúctiles, frágiles como tímido beso en la comisura de los labios. Acaso más sabias, acaso más locas.

Calles de la Trova generosas de risas y manos asidas. Escenario turbulento dónde la irreverencia firma anónima y los incontinentes orinan por los rincones mientras las parejas se aman en portales oscuros. Mundo vestido de noche, atiborrado de bohemia conjugando tristezas y alegrías. Todo cabe en una copa de cavert souvignon, en una poesía o en una empanada de champiñones con tocino..

Una vela roja ilumina tenue sobre la pequeña mesita. La miras, de tus ojillos traviesos avanza un rayo de luz que rebota en el cristal de la copa.
Te miro y sé . Mujer que sueñas un sueño encarcelado en una esquina. Mujer que hoy anida en palabras de poeta cúbico. Siempre esperándolo, buscándolo.
Me tomas de la mano. Volamos por los ángulos que dibuja cada calle. Ellas, lo sabes, lo sé yo, mantienen atrapada la historia, lo que jamás volveré a tener pero que tuve como gran verdad. Tú, lo que jalan las estrellas o las gotas hasta tus negros rizos.

Me hablas , te hablo, me miras, te miro, carcajeamos. Una lágrima que nunca saldrá, que nunca veremos, estalla bajo la noche.

Caminan dos mujeres al amanecer, sonriendo sobre la cuidad, se alejan con la llovizna jugueteando sobre sus rostros.

sábado, 19 de diciembre de 2009

APOKALIPTICO



Nada existía en el infierno ni el paraíso.

Yo te amaba.

Ni la virgen María
nos podía salvar del oscuro trance,
de esas calles.

Yo te amaba y oh...
¡ Cómo libidinosamente lo hacía!

miércoles, 16 de diciembre de 2009

LA ESQUINA




Vereda Norte

En esa esquina se sintió  partículas deseando correr.
Quiso 
girar
o
vomitarlo


Vereda Sur

Crecía su sombra donde  ya no estaba
con la tozudez de inventarla con recuerdos


TCHAIKOVSKY


De pequeña, se solazaba espiando por la ventana el gran salón de la vieja casona. En aquel lugar, una señora delgadísima, de cuello largo y moño, impartía clases de ballet a niñas de su misma edad. Podía quedarse horas, hipnotizada admirando aquellos diminutos trajecitos de tul, las suaves y singulares zapatillas, que se prolongaban trenzadas por las pantorrillas, tal como lo hacían las guías de enredadera, en los naranjos del jardín de su casa. Y la música, cuyos acordes la estremecían cada vez que las primeras notas de Tchaikovsky comenzaban a sonar, donde quiera que fuese.
Con siete años pegados al vidrio del ventanal, se trasladaba mentalmente al interior del recinto. Por unos minutos, se sentía parte del racimo de ninfas que giraban en aquel Olimpo, deslizándose por el piso de madera, que no era más que un gran lago donde los cisnes, iban aprendiendo a nadar, a volar, contorsionarse, mientras sus pulmones se llenaban de notas blanca y negras.
En aquel atemporal entorno, se multiplicaban imágenes y sueños. Las luces provenientes de una enorme lámpara de bronce, trasformaba los atardeceres en luminosos días de cuento. Era un templo secreto, donde se guardaban celosamente las nueve musas canónicas.

En la medida que fue haciéndose mujer, los atares de la vida la llevaron por caminos muy opuestos a ese primario contacto con el arte.

Esa tarde subió al bus, ignorando cuando volvería a la cuidad e incluso, si alguna vez lo haría. Las lágrimas se las tragó estoicamente. Dejaba atrás muchas vivencias, entre ellas la más hermosa y vital de todas. Una historia de amor, la única que vivió desde las entrañas.
Llegó desde el otro extremo del mundo, en pocos días debía regresar a su país, a su vida, a su historia. Se conocieron una noche de noviembre, y bastaron sólo tres más para estar ciertos, que jamás en la vida podrían olvidarse. Se amaron intensamente a tal punto, que el adiós irremediable se hizo mudo, latente, trasformado en una eterna espera.
Trascurrido un tiempo de viaje pegó la frente al vidrio. El bus avanzaba mientras su vida comenzaba a trazarse en una hoja en blanco.
Hileras de álamos pasaban frente a sus ojos, el horizonte estaba cortado a tijeretazos irregulares entre los cerros y el cielo.. De pronto las notas del “ Concierto para violín” de Tchaikovsky, comenzaron a fluir de sus recuerdos, amalgamando perfectamente con ese mundo verde heterogéneo, que pasaba sin moverse tras la ventanilla.
Instintivamente volvió la danza a su mente, la música absorbió la realidad, dejando ese momento, flotando en un espacio ignoto, entre fronteras abiertas y espacios infinitos. Se sintió llevada por el aire, más allá de ese bus, más allá de la objetividad, danzando con pasos que jamás había aprendido.
Subió por los cerros en giros volados.
Se sintió ángel, al deslizarse literalmente “en l' Aire”, sin perder la nota.
Se perdió en magníficos “cabriole”, por las copas verdes de los aromos.
Logró “adagios” perfectos en el marco de goma de su ventana y jugueteó graciosamente en los verdes prados haciendo “changement.”.

Se despertó sobresaltada cuando sonó el timbre. Miró el reloj en la muralla, eran las once de la noche, pasó revista con la mirada a la mesa que estaba dispuesta para varios comensales y esmeradamente adornada con motivos navideños. Arregló su pelo en el espejo al pasar por el pasillo y abrió la puerta. Ahí estaban todos. Se abrazaron con alegría y los niños corrieron al árbol a buscar sus regalos . Ella miró con satisfacción los años bien puestos en sus hijos, en sus nietos.
A las doce de la noche intercambiaron regalos. Entre la algarabía propia del momento, nadie percibió que ella, se había alejado unos pasos. Observó con curiosidad aquella caja envuelta en género de tul, la abrió lentamente, observó su contenido mientras sus ojos se llenaban de ternura. Suavemente extrajo de su interior un hermoso cascanueces, y una tarjeta que al abrirla, reprodujo la música del ballet de Tchaikovsky. La tarjeta decía “Nunca, nadie me dio tanto, en tan poco tiempo. Nunca a nadie, he amado tanto”
Por primera vez desde hacía muchos años, de sus ojos cayeron dos hermosas lágrimas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

CUANDO EL CIELO SE LIMPIO


Ella, con la arrogancia que le permitían sus diecisiete años albergados en una figura desdeñadamente atractiva, se deslizaba inquietamente por la vida haciéndose presente en cuanta marcha se organizara en esa época.
El, portaba responsabilidad, moderación, veintitrés años sobre un par de muslos perfectamente torneados y un exitoso futuro en la punta de los dedos. Cursando tercer año en la universidad nada había logrado intersectar su abstracción en los libros hasta que una tarde, ese torbellino de pelo largo pasó por su lado. Desde que eso ocurrió, la siguió a distancia por las mil y una protesta callejera que se guerreaba por los años setenta en la cuidad. Por ese tiempo el centro y sus habitantes vivían a diario debatiéndose, entre lluvias de piedras, gritos, banderas y bombas lacrimógenas que hacían llorar hasta a las palomas.
La joven, equilibrada con bizarro en sus delgadas piernas corría como gacela por los adoquines empapados de agua y panfletos. Con habilidad y destreza daba la vuelta en una esquina para volver a aparecer en otra desde donde, entre gritos y gestos combativos, lanzaba piedras contra la autoridad contra los vehículos represivos y contra todo lo que no estuviera de su lado.

El estaba ahí sólo por el placer de verle, su inclinación ideológica que si bien coincidía con la de ella, nunca llegó al extremo de seducirle como para adoptar una posición frontal o quizás, jamás imaginó ese camino.
Sin embargo, desde el momento que la vio comenzó a sentir dentro de sí, en las extrañas, la necesidad urgente de tenerla cada segundo al alcance de su retina . Esa visión aceleraba su sangre le generaba adrenalina y se sentía casi por primera vez, respirando por alguien, por algo.

A los pocos días, mentalmente trazó el mapa que sus pasos cubrían. Aprendió a conocer las calles por las cuales ella se desplazaba los atajos que tomaba y hasta los escondites donde se refugiaba cuando el peligro estaba demasiado cerca. Cuando ello ocurría, él sentía el corazón salirse de su pecho, entonces casi no respiraba, mientras pasaban los carabineros a metros de donde ella también, aguantaba la respiración. En momentos como esos, preparaba sus fuertes y ágiles piernas para si fuese necesario, correr en su ayuda.
Se debatía por timidez, entre la idea de sumarse anónimamente a la masa que le circundaba y encontrar así la forma de hablarle o simplemente, continuar conformándose con verla desde lejos y dejar al destino, la tarea del encuentro porque en lo más profundo de su ser, había dibujado un norte tan claro que estaba seguro, que tarde o temprano eso habría de ocurrir.

En la facultad, averiguaba entre sus compañeros alguna noticia de desordenes, protestas, desfiles o cualquier detalle que pudiese llevarle a encontrarla una vez más por aquel circuito consabido.
La divisaba muchas veces, entre las nubes que dejaban las bombas, con una pañoleta triangular que cubría la mitad de su rostro a modo de protección contra el humo . Su pelo flameando en medio de la multitud le parecía el más bello estandarte de lucha jamás ostentado.
En lejanía, generalmente refugiado bajo el capitel de alguna fachada, contemplaba todo los detalles que la distancia le permitía.
Sus pupilas atentas seguían aquellas manos desplegando banderas. Se divertía secretamente de la singularidad que ella tenía de suspender su larguísima cabellera con un lápiz. Admiraba sus largas piernas enfrascadas en calcetas azules las cuales, a menudo llevaba desenrolladas a la altura de los tobillos, gesto que le aportaba una traza característica.
Se deleitaba inexplicablemente observando gestos y ademanes que intentaba memorizar para recordarlos una y otra vez e imaginaba su voz, que intuía suave pero firme.

Esa mañana de martes no hubo clases en la facultad. Los días que le siguieron fueron de incertidumbre y ensimismamiento. No habló con nadie ni tomó libros. Esa mañana de martes cambió la vida en el país. Nunca más volvió a las calles de la misma forma, nunca más volvió a ver a su gacela corriendo con su morral azul por la alameda libre.


martes, 8 de diciembre de 2009

RUEGA POR NOSOTROS SANTA MARIA


HOMENAJE A CHILE Y SUS TRABAJADORES
El próximo 21 de diciembre se cumplirán 102 años de la masacre en la Escuela Santa María de Iquique, en la que miles de obreros salitreros chilenos, peruanos y bolivianos, junto a sus mujeres y niños fueron asesinados por soldados de la Marina y el Ejército que cumplían órdenes del Gobierno de turno.
Podemos concluir, que los heroicos y valientes obreros pampinos, cien años después vuelven a ser masacrados por el oportunismo político, económico y mediático???

CANTATA DE SANTA MARIA

RELATO I

"Si contemplan la pampa y sus rincones
verán las sequedades del silencio,
el suelo sin milagro y Oficinas vacías,
como el último desierto.

La culpa del obrero, muchas veces,
era el dolor altivo que mostraba.
Rebelión impotente, ¡una insolencia!
La ley del patrón rico es ley sagrada.

También verán el pago que les daban.
Dinero no veían, sólo fichas;
una por cada día trabajado,
y aquélla era cambiada por comida."

RELATO III

"Los Señores de Iquique
tenían miedo;
era mucho pedir
ver tanto obrero.
El pampino no era
hombre cabal,
podía ser ladrón
o asesinar.
Mientras tanto las casas
eran cerradas,
miraban solamente
tras las ventanas.
El Comercio cerró
también sus puertas,
había que cuidarse
de tanta bestia.
Mejor que los juntaran
en algún sitio,
si andaban por las calles
era un peligro."

RELATO IV

"El sitio al que los llevaban
era una escuela vacía
y la escuela se llamaba
Santa María."
"Murieron tres mil seiscientos
uno tras otro.
Tres mil seiscientos
mataron uno tras otro.

La escuela Santa María
vio sangre obrera.
La sangre que conocía
sólo miseria.

Tres mil seiscientas miradas
que se apagaron.
Tres mil seiscientos obreros
asesinados."

CANCIÓN FINAL


(Mural en Copiapó)
"Ustedes que ya escucharon
la historia que se contó
no sigan allí sentados
pensando que ya pasó.
No basta sólo el recuerdo,
el canto no bastará.
No basta sólo el lamento,
miremos la realidad.

Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá.
Es Chile un país tan largo,
mil cosas pueden pasar
si es que no nos preparamos
resueltos para luchar.
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar."
Luis Advis - QUILAPAYUN

......................................

MI TIERRA MAS QUE UN PAIS

Me dueles país cuando
te matan
en la sangre de mi gente
desde el árbol desgarrado
en la niñez trasgredida
cuando por las calles pasa
el hambre el frío, la miopía
directamente proporcional

Me dueles patria cuando
extraigo
injusticia de una lágrima
peces pacíficamente envenenados
carreteras de cerros dinamitados
esperas al sol vueltas charqui
engaños envueltos en papel de regalo

Pascale

lunes, 7 de diciembre de 2009

INTRO CONCOMITANCIAS


Todo había estado en orden, hasta que abrió ese cajón

Pascale

CAMINOS


También hay polvo de sol
entre los fragmentos
y entre los muertos
también avanzan 

domingo, 6 de diciembre de 2009

ENTRE TONGOY Y LOS VILOS

Divertida con
jugada
de amores ciertos no
de ciertos amores
Óleo
sin firma
diestra
del pollo al limón
con champiñones
con merquén
Busca minas de lunas
de rock
Veneno por placer
por sanación
antídoto
Fumadora de opio tabaco y aire
Nunca la Marilyn
Siempre la Fonda
Nunca
todas las putas
Nunca
todas las Julietas
Amada
des
amada
mujer

jueves, 3 de diciembre de 2009

ESTAR VIVO

Qué se espera para resolver, que estamos vivos?. Será necesario alimentarse de adrenalínicos segundos compartidos o vivir con el corazón oprimido por preguntas al prójimo que, obviamente nunca nos darán fallo acertado?
Insisto en concebir que la respuesta a nuestras necesidades emocionales, espirituales, en el fondo vitales, por desgracia o por suerte, no se encuentran en la casa de vecinos ni en supermercados.
Si la estabilidad, el equilibrio y todas las condiciones aunadas que conllevan a encontrar la felicidad dependiesen del prójimo, sería aterrador.
Imaginemos por ejemplo, que jamás llegásemos a conocer a ese sujeto por situaciones geográficas, culturales, eras, qué haya fallecido, formado vida con otra persona Etc. Querría decir entonces, que estaríamos condenados a la desdicha y a saborear la soledad por su lado más amargo. Sería a parte de ilógico, tremendamente desesperanzador.
Por tranquilidad y sanidad mental prefiero tomar el camino de la introspección Asumir que la tarea de proveer al espíritu con la mayor cantidad de buenos momentos es absolutamente personal y no está en derroteros del destino ni menos en las manos de otros. Por cierto que no excluyo por motivo alguno, ni me permito en esta vida, desestimar la oportunidad de avanzar decidida tras un inconfundible par de ojos, una boca honesta, nariz perfecta. En resúmen, cuando aparece ese hombre único.