sábado, 21 de enero de 2012

La consecuencia es más pesada que el cartel, más tremenda que la consigna, menos popular y silenciosa que la protesta. La consecuencia corre riesgos, no la recomiendo para los sensibles ni para los que aman tener seguidores. No la elegí, también tengo una vena cobarde, pero no la puedo evitar. Por desgracia, soy consecuente.
Miraba por la ventana por donde entraba la luz que encendía sus ojos. No era sepia , era dorado café crepúsculo, color madera olor a cedro. Al parecer tenía un brazo apoyado en el borde de la ventana. Era una imagen parlante, pegada en una agenda olvidada en la barra de aquel bar, que en su idioma universal, me hablaba en ruso y yo traducía al alemán en perfecto castellano.

SIN TITULO 1

Decidió desafiar el silencio
 que le carcomía las costillas
Se vistió de blanco,
como si fuera a asistir a la boda
que nunca tuvo
 y salió a jugar a la vida
 con los borrachos del barrio
 que cantaban con  su sombra
 y guardaban estrellas
 para el invierno

ALGO

Teníamos algo,
 algo incierto, dudoso
 hermoso como las guindas
 y el postre de castañas.
 Urdimos aquello con nuestras manos
delante de la pantalla
 detrás del pop corn
con los pies desnudos
 al borde de  una canción.

 Teníamos tanto cielo
 aire
 labios
 palabras y risas hechas de desechos.
Tanto sinsentido de sentidos despiertos
sueños en portapapeles
 en cartones de cigarros
 apagados
y encendidos
 y en el fuego guardado
de una chimenea
 que jamás tuvimos.

 Teníamos algo extraño, dual, asesino,
una muerte publicada
 en el pasquín de la mañana
 firmada
con el cepillo de dientes.
 Una especie de constitución
 que cantaba blues
 y hablaba un  perfecto francés culinario

 Era como  un género novel
un cementerio indio
un nuevo virus que avanzaba en fractales
 hasta el moho
 de la costumbre de enfermarse
 cristalizarse
enterrarse como las esquirlas
 que perforaron el músculo de lo otro,
 que tampoco  nunca supimos
 como llamarlo.

domingo, 1 de enero de 2012

REFLEXIÓN N° 56

El cementerio es una cuidad embarazada por la vida.