domingo, 25 de mayo de 2014

CALL

M:  - tu voz me  llega perfecta-

S:           - y el nudo?-
El agua en el baño es una gotera que se confunde con los pasos del reloj,
el reloj no es más que un recordatorio que el tiempo es una cuerda,
nos pusimos dentro de aquella cajita azul,
cerramos la puerta y me dedique a presionar
cada una de las gotas cristalinas de tu espalda,
las rozaba con la yema de mis dedos, se alargaban,
se quedaban en la humedad de mis labios,
comprendí que los sueños son redondos,
que los aviones cada vez vuelan más rápido,
que el sonido agudo de una sirena no tiene fronteras,
yo debí llevar un un abrigo en vez de lo que llevaba
debí correr hacia el mar en vez de plantar árboles,
no debí cruzar, ni seguir, ni inventar palabras para que rieras,
no debí usar el vestidito frágil de las musas,
las calles pisan igual cuando caminan,
las noches suenan y crujen, rompen los dientes,
nos esparcen por parques, nos muerden.
Nadie me había amado tanto bajo tanta lluvia,
nadie con mi tristeza cobijada hasta el espanto,
 dijiste tengo miedo,
no dejes que mi alma beba la sopa caliente que sirves en tu patio,
no dejes mi pecho dentro de los tuyos,
no le enseñes a mi boca tu lenguaje,
ni menos los insultos porque los gritaré a cada rato,
al tiro,
cuando suba peldaños, prenda la luz, tome una cuchara,
cuando por la radio suene una canción
o cuando beba las tres botellas de vino
que es lo único que puedo declarar o confesar
que me llevo.

Este día
este haz de luz entre los hilos finos de la telaraña
este horizonte profundo en el pulso
esta brevedad
este bosque de pájaros
este cuento de letras infernales
esta noche de casa muerta



Debiera salir a buscar lo perdido,
lo poco que aún no ha muerto.
Por alguna parte deben estar los refugiados,
escondidos,
para que el tiempo no descubra en el recuerdo
las alas rotas,
en algún lado debe estar la solapa,
el perfume,
la grieta oculta de la luna que siento abrirse por las noches
sobre la densidad de los cuerpos,
sobre el hundimiento donde voy dejando caer el mío
a la sombra del árbol cortado,
desprendida como un manzana al final de la tarde,
con el alma extendida
abierta entre el cielo y el infierno.
Tendría entonces que salir, correr y buscar,
cavar más adentro,
pasar como un camello por el ojo de la aguja hasta llegar al sol,
o a marte,
gritar como jamás nadie podría gritar sobre la tierra
la maravilla de la luz
que encierra el acto de su propio nombre,
llamarlo en pie de guerra, desde todos los rincones,
convocar a las semillas, al picaflor, ponerle oídos a los retratos,
ordenar:
               Levántate!!
             
               Renáceme!!!!

           Te pido perdón.

sábado, 17 de mayo de 2014

ESTADOS

Te encuentro en dispersión
garabateado en las paredes angustiosas de una casa que no existe
en el filo del horror
persistes dentro de cualquier cosa
                                        de casi todo al decir verdad
eres hiero desmedido
la herida que trepa
          copula
     se reproduce.

miércoles, 14 de mayo de 2014

La tierra encalla en el nido del árbol
en las manos de los hijos del hombre
en el grano, el concepto.
Una lira antigua que no olvida la música

y danza mi tierra

en la raíz de tus ojos.
Llegó una noche repleta de fusiles cargados,
tanta pólvora en el aire y las estrellas arriba,
y la tierra abajo,
y el temblor arriba y los telescopios alargados
y aquella luna...!!!
y ese hueso temblando dentro de un ojo perdido
                                               rendido
                       masacrado
y las estrellas arriba cayendo abatidas
bajo la sombra de las balas

martes, 13 de mayo de 2014

2014

Tras las puertas del viejo café
una lluvia fina borra la línea de los árboles
hace frío y el cielo en guerra
se lleva el paraguas de un hombre mayor.
Huérfanamente mía estoy al alcance de tus ojos
desnudando el oído
las arterias
esta sangre que ayer fuera roja y que hoy
lleva el color de tu nombre.
Sentado frente a mí
luchas contra las interferencias y el humo
queriendo arrancar un río de mis labios
desesperadamente abres un túnel en el aire
             siempre al mismo callejón
a esta mesa llena de madera y palabras cruzadas
los dedos negociando entre pelo y abismo
los nervios
solicitando tregua.
Hablamos de la triste realidad del sexo aplacado por la economía mundial
de Venezuela encallando en tu costado herido
nuestra Rayuela no deseando abandonar París
                                  ni este café
ni mi pierna izquierda que ya es una cicatriz en tu flanco derecho
ni el hogar ancestral del celacanto donde yacemos hundidos hasta lo indecible
                                                 
  y afuera
         el graznido de un océano a punto de estallar
          y sobre la mesa

                                la taza detenida




                                 como una bomba.











martes, 6 de mayo de 2014

Porque apuntaste cien veces y disparaste mil contra los indios desnudos;
porque el circo romano continúa asentado en los genes de la gradería;
porque aún eres capaz de sonreír donde sembraste un cementerio y piensas...
que las flores huelen;
porque fuiste proxeneta de la palabra
y levantaste un sombrío harem de escritos putos;
porque una columna se aqueo por ayudar a la tuya y pisoteaste su sombra;
porque encendiste fogatas y cenaste
y te hartaste de beber y bailar en la orfandad de otra espalda;
porque a los muertos nunca se les termina la espalda;
porque no es olvido, ni perdón, ni la rodilla doblada al pecho;
porque a la alevosía, a los fusiles, a la traición,
no accede el formato de las disculpas;
porque desde las mazmorras nunca se asiste al encuentro del sol.