Existen tarros llenos de horas evaporadas
                                      en estado natural,
cortes de zapallos y  heridas secándose al sol

y las flores persisten en la huella de ningún camino
y aquellos indecibles pasos cortos
el rumbo
el rostro donde no había nadie.

Existe agua en la propia sed
 ¡ Y que beba..!
         ¡ Que brote y se extinga!

Se han encontrado sombras en la espalda
sangre dentro de la percepción
ausencia en las punzadas del sol

hay antorchas en el estrago
silencio en medio de la explosión
cadáveres fosforescentes de estrellas que nunca alumbraron
desechos hermosos.

BOSQUES DE PINOS

nada más la lluvia  de pinos y una casa donde la tercera tabla crujía
en la mesa pequeña desaparecía una planta seca,
en una mas grande, yacía una copa
en cuyo borde solía habitar un llanto escénico
casi histérico.

Todo era sumamente verde y vulnerable
seco y frondoso
hasta el nerviosismo famélico del tic tac del reloj.

el ave  ya venía herida
y su perfume cayó entre el follaje

la profundidad del bosque detuvo un sueño

Desde mi ventana la lluvia es un flujo de agua trenzandose en si misma.
Entonces el cielo es tan gris e irremediable, tan inmensas las olas que se levantan
cuando uno a uno los barcos van cayendo por la alcantarilla y queda la náusea, el vértigo, el eco.

Es tan dilatado ver por la ventana como caen hoy las gotas

todo se vuelve sed en la humedad y en el alma que busco refugio en los estantes viejos.

Me estoy haciendo espanto


                                doloroso como un diente


profundo como raíz


       corazón desplegado en un vuelo de noche



arteria abierta.



Me estoy volviendo herida.

-Y dónde es que yace el cuerpo?



-También me lo quiero llevar.

Acaricio en silencio el lenguaje de las sillas,

 sencillo, penetrante,

un rayo de sol queda preso entre la mesa y su cama,

me embriago con astillas incrustadas en un vaso de percepciones

roja es la profunda tarde y el murmullo en el pecho


nunca me amará

dormirá con otras menos conmigo


en la sistemática pared la luz de la noche avanza


                                       
                      una locomotora pasa sobre la memoria.

quedar breve e inmóvil como una mariposa con alas quemadas.

será  irse a todas partes sin saber donde llegar

el mismo camino de siempre

abandonar la sangre, las pisadas  tibias,

quedarse desnuda en medio de los ojos

sin garganta, sin tierra, sin nacer.

 Será prender fuego a los huesos

quedar lenta  bajando de prisa

olvidando una flor para no morderla en la orfandad.

dejar el alma persistiendo dentro del corazón apagado

una  muerte elegida para un pozo profundo

Fue un desgarro hambriento

                             sangrante

día

noche


         una máquina de coser




el último brindis que se beberá en honor a la traición.

Esta noche vengo a verte como siempre de lejos
a modelarte en mi vida como ayer
encantada como ayer
refugiada en la estrella que bajaste para mí.
Te veo pasar y quedarte tan ido de mis ojos
cerrado
mudo
siempre de lejos
mi sangre acercándote
los mendigos buscándote en el lirio donde me hiciste más lirio
y la rosa en el aeropuerto
ignorando que quien se había ido
era yo.

He de decirte que algunos encuentros hieren
 ¡Ah como lastiman entre la uña y la piel!

Esta noche quiero decirte que hay sonidos crueles más profundos que el silencio
hemorragias pálidas
que en la garganta de un ave calzan perfectamente las notas pálidas de un enfermo amor.